La tradición gastronómica valenciana es mucho más que la paella y los arroces. También destaca por la variedad de dulces y lo sabrosos que resultan y, aunque la horchata y los fartons son dos de los más conocidos, en realidad hay muchas más recetas que se pueden preparar con ingredientes típicamente valencianos. Hay para todos los gustos, y en ellos la naranja y los preparados con chufa suelen tener un papel protagonista.

Acompáñanos por este recorrido que vamos a hacer por algunos de los mejores postres valencianos que no te puedes perder. Todos ellos tienen un sabor muy personal y proporcionan unas sensaciones únicas en boca. ¡No te vas a poder resistir!

Coca de llanda

Es uno de los dulces más conocidos, dado que su consumo está muy extendido en prácticamente toda la comarca. El hecho de que haya sido extendido por todo el territorio nacional gracias a la expansión de cadenas de supermercados valencianas lo ha catapultado todavía más, puesto que es uno de los dulces más consumidos de Valencia.

Es muy común tener siempre una coca de llanda en la mesa durante los desayunos y meriendas, y suele comerse junto con una taza de chocolate caliente o con unas cuantas onzas de chocolate en tableta. Un dulce perfecto para cualquier mañana y tarde.

Horchata y fartons

Un dulce muy representativo de Valencia (en realidad dos) que tiene su origen en Alboraia, donde se encuentran algunas de las mejores horchaterías de toda Valencia. La bebida de la horchata se prepara a base de chufas, que son mezcladas con agua y azúcar y que le dan ese toque único de sabor.

Acompañadas de fartons son, como diría aquel, “otro rollo”. Y es que este dulce fue concebido expresamente para acompañar a la horchata, haciendo que ambos conjuguen a la perfección en boca.

A pesar de tener una estética muy similar con las ensaimadas, el sabor poco tiene que ver. Se aderezan con azúcar en polvo, sí, pero pese a que el aspecto y la textura pueden ser similares, el sabor dista mucho de una ensaimada enrollada. Teniendo eso en cuenta y que el sabor de la horchata es muy característico, combinados hacen que sea un postre con un sabor único, muy singular y tremendamente delicioso.

Fruites de Sant Dionís

El día 9 de octubre, además de celebrarse el Día de la Comunitat Valenciana, es una fecha muy señalada para aquellos valencianos enamorados, ya que es el día también de la conocida como ‘mocaorà’. Se trata de una especie de día de los enamorados valencianos, en el que es típico regalar un pañuelo con una pequeña bandeja de mazapanes de colores en forma de frutas. Estas son las conocidas Frutas de San Dionís, típicas de este día, y su sabor dista ligeramente de los mazapanes convencionales.

‘Panquemao’

Es un dulce típico valenciano similar a un bizcocho tostado en apariencia, aunque en sabor poco tiene que ver. Más cerca de la ensaimada que de cualquier otro dulce, su textura única lo hace inconfundible al presentar una superficie tostada, casi quemada (de ahí su nombre) y un interior esponjoso como él solo. Es perfecto para comer en meriendas y desayunos y es típico verlo acompañado de alguna onza de chocolate, una taza de chocolate caliente o cualquier otro tipo de dulce. Además, su superficie, recubierta de azúcar tostado, le hace potenciar el toque crujiente del recubrimiento, haciéndolo más sabroso

Buñuelos de calabaza

Son, junto a los churros y las porras, los tradicionales dulces valencianos que se consumen durante las Fallas. Se preparan con levadura y la técnica tiene su arte, ya que normalmente se elaboran a mano y se les da forma separando la masa con el pulgar del resto de dedos, lo que les da esa característica forma agujereada en el centro.

Su recubrimiento es crujiente y su interior debe siempre ser esponjoso. Los buñuelos tradicionales se elaboran con calabaza, aunque cada vez hay más variantes para los que prefieren otro tipo de sabores. Acompañados de una buena taza de chocolate caliente son todo un manjar. Eso sí, al contrario que otros dulces como el ‘panquemao’ o la coca de llanda, fuera del periodo de Fallas es complicado encontrarlos, por lo que si quieres hacerte con un buen cono de buñuelos tendrás que esperar a las fiestas locales.

Arnadí

Es un dulce de tradición milenaria y para muchos es un manjar de dioses. Se prepara normalmente durante Semana Santa y es originario de la región de Xàtiva, aunque se consume en toda la comunidad. El arnadí es un postre de procedencia árabe, herencia de la época mora, cuando la cultura mozárabe dejó su impronta en la cultura local. No solo tiene un sabor exquisito, sino que es un deleite para la vista por su preparación artesanal.

Puede prepararse con moniato rojo, aunque hay quienes prescinden de él (esto va a gustos). También se necesita almendra molida, almendras enteras, calabaza, azúcar, canela y huevos para prepararlo. Como te puedes imaginar, la combinación de todos estos ingredientes hace que el arnadí sea un postre saciante, lógico si tenemos en cuenta que en la época en la que se asentó esta receta se buscaba elaborar alimentos altamente nutritivos para compensar la carencia de otros alimentos (el consumo de carne, por ejemplo, estaba prohibido entonces).

En zonas aledañas a Xàtiva, como Gandia o La Safor, se le conoce también como Carabassa Santa y suele prepararse solo con calabaza, no con moniato.

Aunque la decoración puede variar y cada cocinero la prepara según sus gustos, se cree que la intención de las almendras y los piñones es la de simular la corona que llevaba Cristo en el momento de su crucifixión, algo bastante probable teniendo en cuenta que su consumo es típico de Semana Santa.

Peladillas

Por último, un dulce típico de las regiones de interior de la Comunidad Valenciana, sobre todo del pueblo de Casinos y alrededores: las peladillas. Son, en esencia, almendras confitadas de un característico color blanco que suelen consumirse en Navidad y se suelen regalar en ceremonias como bautizos. Aunque se consumen también en otros países mediterráneos, las autóctonas tienen un recubrimiento de color mate especial muy característico, de superficie porosa y en ocasiones pueden encontrarse tintadas de colores.

También son ideales para consumir como tentempié, y dado su alto valor nutricional, su consumo es perfecto para añadir un toque dulce a picoteos golosos. Pueden encontrarse en múltiples formatos, incluso en pequeños paquetes de peladillas unipersonales con una decena de unidades por cabeza.

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